Ahí esta bailando un cojo de verdad, grande y reconocido maestro enseñando a todo el que se le ha arrimado. También ha habido y hay bailaoras sordas , pero de no oir nada no dura de oido, y ciegas, es más fácil .El arte y el sentimiento rompen por donde sea.Esto es la quintaesencia, bailar solo con lo indispensable, la necesidad de expresarse.
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